Tuesday, August 23, 2011

El chiapaneco

Esta no es una historia impresionante.
No tiene trama, no tiene un nudo, ni final feliz, ni calambre (siempre lo ligo lo feliz al calambre, gracias DF).
Es sólo que hoy caminé por Reforma, para ver las ramas y la gente que va caminando como yo de manera oficinista ( bueno ellos con portafolio, pero lo notas porque la mayoría o va en grupo platicando con sus "simis" o van solos por la calle como si nadie más existiera, apresurando el paso y cuidándose el bolsillo) Bueno... así iba yo caminando sin mirar a nadie y solo prestando mi atención a las ramitas de los árboles, y no es que no me fije en los carros que van a cruzar.. bueno ok no me fijo la verdad. Sigo a los demás mientras caminando. Pero bueno estaba viendo las ramitas de los árboles moverse con el viento, una cosa que me gusta mucho hacer porque claramente ves la danza de las hojas bailando "ve tú a saber" qué canción, pero lo hacen igual que los borrachos que bailan sin música. Una cosa así.

En eso un hombre se cruza la calle desafiando a el tráfico y los carros. Cuál hombre de acero los pasa todos. Su compañero: claramente un albañil me dice:
- Y que se nos va.
"Valiente el muchacho" le digo yo y volteo a ver las hojas.
El tipo me ve y me dice:
- Oiga ¿usted habla inglés?

Me quedé pensativa, por la pregunta totalmente random que me hizo, lo miré y asentí con la cabeza. Volví a lo mío: los árboles.

Por fin el semáforo cambió.
Crucé la calle y el hombre conmigo:
- Yo hablo inglés poquito.... aprendí bien.
- "Ah"
- La verdad es que a mi me gustaría hablar francés, ha de ser bien bonito, pero bien complicado. ¿Usted que opina?

"Supongo que sí" mientras seguía caminando. El hombre no se separaba de mí y comenzó su historia:

- Había una holandesa en mi pueblo que aprendió a hablar muy bien el "lacandonmi"*

*el no sé qué desmadre porque como no sabía qué y por qué no se desaparecía de mí, no le entendía. El hombre hablaba y hablaba en lengua nahualt o esa rara, me dijo que hablaba dos dialectos y quién sabe qué me dijo en ellos. Me contó que era de Chiapas, que se había ido de mojado a los estados unidos donde aprendió a hablar inglés. Me habló sobre su padre borracho, que una vez intentó matar a su mamá con una escopeta, mientras discutían.
A él le dio miedo. Lo vio y decidió nunca tomar (eso dice él).

Prosigue contando y hablando de su vida y de lo mucho que extraña Chiapas.
- Es muy bonito. Bueno, gracias. Yo aquí me voy ¿Tú cómo te vas?
- Caminando, tengo ganas de pensar.
- ¿Por qué estas malita de la cabeza?

Le dediqué mis oídos 15 minutos y me trató como loca por ser amable y escuchar, una cosa de locos entre desconocidos, i guess.
Debe tener razón, pero igual me regaló 15 minutos de una realidad que aunque no la conocía no la había escuchado de alguien que la hubiera vivido realmente.

Me preguntó si estaba casada, le dije que por supuesto que sí. Y le mando sus más sinceras felicitaciones a mi invisible marido.

Concluyó con un: "¿Y no tienes una amiga?"

Me reí, me fui y concluí con un: "Sí, definitivamente sí estoy loca".

Pd. No aprendí nada y ustedes tampoco.

1 comment:

entubado said...

Muy interesante tu anécdota mona.

  Se desperdicia mucho tiempo pensando en qué quieres ser de grande. En pensar y se piensa poco en disfrutar el momento .