Fin mortal.
Las visitas siempre vienen y hacen que te canses más, camines por el chopo, por el centro, por la condesa, vayas a bares ochenteros, a cantinas, afters, tomes en la calle, en el taxi, mientras llegas, etc...
Y cuándo te levantas para bajar la cruda fumas cuarenta mil cigarros y sigues igual de mal que al principio, mueres, revives, mueres, y otra vez revives, conoces a un mimo, lo llevas a pasear, pides globos como imbécil, sueñas, duermes, despiertas y te das cuenta de que aun tienes sueño.
Qué bonito! que fin de semana.
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