Sunday, February 12, 2012

La mano roja.

Simplemente porque iba caminando no sabía que iba a tener un color entre sus pieles. ¿Quién le dijo que podía pensar en cambiar de tono? Y es que después de todo es una mano.
Una que supuestamente no debe tener vida propia, no debe de moverse si no lo digo, no debe de tener impulsos, porque es una mano, es mi mano y debe actuar como yo.
Pero... a veces nacen manos para moverse solas. Es como si parte de ellas reclamara independencia. De hecho tienen memoria propia como para reconocer un cuerpo e incluso para moverse por un piano. Saben en dónde tocar.
Una mano con mejor memoria y me llevó a recorrer el camino hacia tus piernas.

Échale la culpa a ella.

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  Se desperdicia mucho tiempo pensando en qué quieres ser de grande. En pensar y se piensa poco en disfrutar el momento .